No se recomienda que se combinen las vacunas si en las etiquetas no se indica que se pueden mezclar. El motivo es claro, estas pueden tener incompatibilidades o afectar la viabilidad del organismo de la vacuna.
Pero, sí que es cierto, que hay combinaciones autorizadas en las que se ha estudiado su compatibilidad para evitar la interferencia.
En este caso no se puede dar una respuesta concreta. Hay que tener en cuenta que las vacunas no se prueban junto con otras para comprobar su eficacia y seguridad así que no se conoce cómo interactuarán entre ellas o la respuesta inmunitaria obtenida de forma conjunta.
En el caso de que se vayan a administrar varias vacunas a la vez, hay que evitar que se inyecten en la misma ubicación. Si esto no es posible se aconseja que se haga en diferentes puntos, aunque sea dentro de la misma zona anatómica. Esto puede ayudar a prevenir la mezcla de vacunas.
No obstante, a la hora de inyectar alguna vacuna a un animal es muy importante conocer anatómicamente dónde es más seguro hacerlo.
En cuanto a la respuesta inmune generada por vacunas aplicadas por vía intramuscular, no existen diferencias significativas relacionadas con la utilización o no de agujas.
Sin embargo, prescindir del uso de agujas reporta beneficios por reducción del estrés y dolor, con la consiguiente mejora del bienestar de los animales, además de reducir las posibilidades de transmisión iatrogénica de enfermedades, autoinyecciones en los veterinarios o manejistas y evitar posibles restos de agujas en la carne.
Existen evidencias de una mayor respuesta inmune si se utiliza la vía intradérmica frente a la intramuscular para inmunizar al ganado porcino.
Además, en el caso de realizar la administración intradérmica sin aguja obtenemos también los beneficios anteriormente mencionados de mejora sobre el bienestar animal, bioseguridad y manejo indicadas anteriormente.
La vacunación “in-ovo” es el método más moderno de vacunación y se lleva a cabo a nivel de incubadoras. El método consiste en la vacunación de embriones al 18º día de incubación, es decir, 3 días antes de la eclosión.
Esta vacunación se lleva a cabo durante el pasaje de los huevos de las máquinas incubadoras a las máquinas nacedoras. La vacuna se deposita en el líquido amniótico. Con esta técnica pueden ser vacunados de 20.000 a 50.000 huevos por hora, dependiendo del tipo de bandejas utilizado. Por supuesto, la completa automatización de la técnica de vacunación “in-ovo” resulta en la simplificación del proceso y ahorro en mano de obra. Esta técnica se utiliza principalmente para la vacunación contra la Enfermedad de Marek y Gumboro.
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