La higiene y el cuidado de las mascotas son dos aspectos claves para que puedan desarrollar sus vidas felices y con salud. Por eso, es importante protegerlos y acudir a los mejores métodos de protección para prevenir la aparición de pulgas o garrapatas.

Estos parásitos pueden aparecer durante cualquier época del año, ya que se adaptan a las diferentes épocas y temperaturas.

Por un lado, las garrapatas viven a la altura del suelo en zonas con mucho arbusto y plantas bajas. Las formas adultas se encaraman a las hojas o ramas y cuando pasa un animal (o persona) se enganchan a su pelaje, por el que se desplaza hasta llegar a la piel.

Respecto a las pulgas, de los huevos que se encuentran en el suelo (en zonas oscuras) eclosionan las larvas, que se convierten en pupas envueltas en un capullo. De este capullo eclosionará una pulga adulta cuando detecte la presencia de un animal o persona (lo detectan por cambios de presión, ruidos, temperatura).

Tanto las garrapatas como las pulgas, una vez instaurados en nuestras mascotas pueden reproducirse.

Ambas pueden afectar a las mascotas provocando múltiples y diversos problemas de salud. Las pulgas provocan DAPP (dermatitis alérgica a la picadura de pulga) y pueden transmitir “Dypilidium caninum” (un tipo de tenia). Las garrapatas por su parte pueden transmitir erlichiosis, enfermedad de Lyme, anaplasmosis, babesiosis…

¿Cuál es la mejor manera de proteger a la mascota de las pulgas y garrapatas?

Existen diferentes métodos de prevención para alejar a estos parásitos de las mascotas. Ante esto, desde Leonvet aconsejamos que se escoja el método preventivo que más se adapte a las necesidades de su mascota.

Uno de los métodos preferidos por los consumidores, por su comodidad y alta efectividad, es el uso de comprimidos palatables, los cuales protegen varias semanas a nuestro animal. Estos productos tienen acción insecticida y acaricida, y para que funcionen, el parásito ha de entrar en contacto con la piel del animal y alimentarse. Los parásitos se desprenden del animal y a las pocas horas mueren, evitando así la transmisión de muchas enfermedades vectoriales.

Otro método es el collar o la pipeta. Se pueden combinar ambos para que la efectividad sea mayor. No obstante, es importante ser conscientes de que deben pasar 48 horas para que consigan una protección completa. En el caso de que se elija este método se recomienda asegurarse de que los principios activos, a base de biocidas y repelentes, del collar o la pipeta no provocan ninguna reacción en la piel de la mascota. También hay que tener en cuenta los chapuzones y el uso de champús, ya que cuanto más se moje, más efectividad perderán los principios activos presentes en estos productos.

Recuerda que, si tu mascota está enferma, en lactancia o embarazada, se recomienda consultar siempre con tu veterinario para ver cuál es la mejor opción para obtener una protección eficaz y segura.