Con motivo de los casos de viruela del mono acontecidos recientemente, tanto en España como en otros países del mundo, existe cierta preocupación entre los cuidadores de perros y gatos sobre la posible sensibilidad de sus animales a la enfermedad. Actualmente se dispone de muy poca información, por lo que es importante la toma de precauciones que han planteado distintas autoridades sanitarias nacionales e internacionales proponiendo una serie de recomendaciones como medidas de prevención y riesgo que más adelante citaremos.
La viruela del mono conocida también como viruela sísmica es una enfermedad infecciosa causada por el virus de la viruela del mono. Es una enfermedad zoonósica, por lo que se puede transmitir de los animales a las personas y a la inversa. A pesar de su nombre no son solo los monos los transmisores de la enfermedad, sino que parece que juegan un importante papel pequeños roedores como las ardillas, lirones, ratas y ratones.
Desde que se detectó por primera vez en 1970 en humanos, hasta la fecha, está considerada como una enfermedad endémica en el continente africano; se han documentado brotes en EEUU, Reino Unido, Singapur e Israel, en todos los casos relacionados a contactos con animales procedentes de zonas endémicas. Recientemente se han identificado casos de esta enfermedad en distintos países del mundo, siendo España, Portugal y Reino Unido, los más afectados.
Hasta la fecha no se ha notificado ningún caso de viruela del mono en perros y gatos, por lo que todo apunta a que el riesgo de infección es muy bajo.
No obstante, y por precaución, las autoridades sanitarias han recomendado el aislamiento de todas las mascotas mamíferas que hayan podido estar en contacto con personas enfermas o sospechosas de estar infectadas, ya que existe un riesgo de transmisión de la enfermedad de las personas a los animales.
La transmisión de la enfermedad se puede producir por:
Teniendo en cuenta estas posibles vías de transmisión, se puede deducir que los perros y gatos expuestos a un mayor riesgo de infección son: Los que conviven con cuidadores afectados por el virus y aquellos que tienen hábitos de caza y pueden tener acceso a roedores.
Las principales medidas de prevención recomendades por las autoridades sanitarias incluyen:
Actualmente no existe ningún tratamiento específico para la viruela del mono, aunque recientemente se ha autorizado el uso de algunos agentes antivirales que han demostrado ser eficaces.
A pesar de que no existe un tratamiento curativo, se puede aplicar un tratamiento de soporte para aliviar los síntomas, controlar las complicaciones y prevenir las secuelas, que consiste en:
Mantener el nivel de hidratación mediante fluidoterapia.
Evitar infecciones bacterianas secundarias, mediante el tratamiento de las lesiones cutáneas.
En caso de infecciones bacterianas secundarias, el uso de antibacterianos.
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