Investigadores de Estados Unidos han descubierto que los inhibidores de la bomba de protones (IBP), medicamentos comúnmente utilizados para tratar la acidez de estómago y el reflujo ácido en personas y animales, pueden ser eficaces para combatir el cáncer y otros trastornos inmunitarios en perros. Este hallazgo se basa en investigaciones similares en medicina humana.
Las bombas de protones son canales que regulan la distribución de diferentes moléculas en los sistemas corporales. Aunque los IBP están diseñados para inhibir las bombas de protones que controlan la producción de ácido en el estómago, investigaciones recientes sugieren que también pueden afectar otros tipos de bombas, incluidas las de las células cancerosas e inmunes.
"Si bien no podemos usar los IBP solos para tratar el cáncer, esperamos mejorar la efectividad de las quimioterapias combinándolas con IBP en la medicina veterinaria en el futuro", expresaron los investigadores. "Utilizarlos en determinadas etapas del tratamiento del cáncer puede mejorar el éxito del tratamiento".
Una conexión ácida
El ácido no solo es importante para el estómago; las células cancerosas también prefieren un ambiente ácido. "Las células cancerosas tienen su propio microambiente; las condiciones ácidas ayudan a impulsar la inflamación y la metástasis: el crecimiento de tumores adicionales", explicaron los autores. "Tienen sus propias bombas de protones llamadas ATPasas vacuolares o V-ATPasas, que, entre otros factores, ayudan a crear esas condiciones ácidas. Nuestra investigación sugiere que los IBP podrían inhibir estas bombas además de las de las células gastrointestinales".
Además de crear un microambiente protumoral, las V-ATPasas son un mecanismo que utilizan algunos tumores para ayudar a las células cancerosas a resistir las quimioterapias. "Si podemos desactivar o detener la capacidad de las células cancerosas para resistir la quimioterapia, podríamos hacer que esos tratamientos sean mucho más exitosos", añadieron los científicos. "Ahí es donde podría resultar útil combinar los IBP con quimioterapia".
Cajas de herramientas de inmunidad
Un desafío del uso de IBP para tratar el cáncer es que también parecen inhibir las bombas de protones dentro de las células inmunes, incluidos los mastocitos, un tipo de glóbulo blanco. "Los mastocitos y otras células inmunes innatas también tienen bombas V-ATPasa y desempeñan un papel en la regulación del momento en que los glóbulos blancos liberan moléculas críticas que ayudan a combatir las enfermedades y la inflamación", señalaron los investigadores. "Mantienen muchas de estas moléculas en lo que se llama gránulos: son básicamente pequeñas cajas de herramientas dentro de los glóbulos blancos. Creemos que los IBP pueden inhibir que algunos glóbulos blancos utilicen sus herramientas de forma eficaz".
"Otros tipos de glóbulos blancos no tienen esas herramientas, pero eso no significa que los IBP no los afecten, probablemente a través de varios mecanismos diferentes. Eso es algo que queremos examinar en estudios futuros".
Debido a que los IBP pueden impedir que tanto las células cancerosas como las inmunitarias funcionen correctamente, el momento oportuno será un elemento clave para utilizar los IBP en el tratamiento del cáncer. "Todo depende de lo que esté haciendo el sistema inmunológico. Si tienes una infección realmente grave, no queremos debilitar tus células inmunitarias con ningún medicamento que las inhiba, pero en un entorno de cáncer o de enfermedad inmunomediada, estos medicamentos podrían ayudar a la quimioterapia o a los inmunosupresores a ser más eficaces”.
Llenar las lagunas del conocimiento
Los IBP tienen un largo historial de ayudar a los pacientes, tanto animales como humanos, a controlar problemas gastrointestinales como el reflujo ácido. Sin embargo, todavía hay mucho que los científicos desconocen sobre esta familia de fármacos.
"Los IBP pueden hacer más que simplemente controlar los niveles de pH en el estómago. Por ejemplo, también tienen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes".
"Este proyecto realmente comenzó porque queríamos comprender mejor estos medicamentos que recetamos con mucha frecuencia en medicina veterinaria. Luego leímos sobre los estudios que se estaban realizando en medicina humana con IBP y cáncer y decidimos que necesitábamos ver cómo podrían ayudar a los perros".
Actualmente, los investigadores están realizando un ensayo clínico en perros con tumores de mastocitos en la piel para ver si los IBP tienen un efecto positivo en la reducción de los efectos secundarios del cáncer.
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