Los gatos son animales independientes que por su propio carácter no suelen mostrar dependencia ni necesidad respecto a su tutor. Esta es una de las razones por las que es tan complicado identificar cuándo un gato está sufriendo o no, algún tipo de dolor. Debido a ésta y otras dificultades, hemos preparado esta publicación para que como tutor puedas identificar si tu gato sufre algún dolor o molestia.
El bienestar de nuestro gato y la prevención de posibles enfermedades son las principales razones por las que debemos estar alerta ante cualquier signo no habitual. Además, la identificación a tiempo de los dolores de nuestro animal, permitirán que la causa del dolor no se agrave, poniendo punto final al malestar de nuestro gato cuando antes.
¿Cómo se comporta un gato cuando tiene dolor? Los gatos son animales independientes, por ello en situación de dolor o malestar no buscarán a su dueño, sino que seguramente se aislarán para reposar. No obstante, como dueños, sí podemos identificar signos que demuestran que nuestro animal padece algún dolor:
Si observamos que nuestro gato ha dejado de realizar sus rutinas o tiene dificultad para cumplirlas, entonces es necesario llevarle al veterinario.
Todas esas actividades antes esporádicas que realizaba sin esfuerzo, ahora le suponen un sobre esfuerzo por sentir malestar. Nada más identificar estos signos, es recomendable realizar una revisión veterinaria.
Como profesionales contamos con varias herramientas que nos permiten detectar el dolor de los gatos. La escala UNESP - Botucatu es una de las más usadas. Con ella, podremos identificar el dolor y su grado dependiendo de las siguientes variables: postura, comodidad, actividad, actitud, reacción a la palpación de la herida y abdomen, presión arterial, apetito y otros comportamientos.
Otro método es la Escala de dolor de Glasgow para gatos, que cuenta con siete variables con las que podremos identificar el dolor.
Por último, encontramos la Escala Grimace, que también usa una serie de variables como son la posición de las orejas, la orientación de los ojos, la tensión en el hocico, los bigotes y la posición de la cabeza.
Estas herramientas sirven específicamente para la detección del dolor por parte de profesionales de la salud animal. Si se identifica algún síntoma o simplemente se tienen dudas, la cita con el veterinario es imprescindible.
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